Beca Fulbright-García Robles

De la Mixteca Oaxaqueña al Doctorado en Texas
Dos estudiantes de la Facultad de Ingeniería de la UNAM obtuvieron la Beca Fulbright-García Robles,
que les permite cursar un doctorado en la Universidad de Texas en Austin.
 
(Foto: dgcs.unam.mx)

Hace una década salieron de la Mixteca Alta, Oaxaca, y actualmente cursan un doctorado en la Universidad de Texas en Austin, Estados Unidos.

Eduardo Maldonado Cruz y Moisés Velasco Lozano, estudiantes de la Facultad de Ingeniería (FI) de la UNAM, obtuvieron la Beca Fulbright-García Robles de la Comisión “México-Estados Unidos para el Intercambio Educativo y Cultural” (Comexus).

Separados por 6.2 kilómetros entre Asunción Nochixtlán y San Andrés Sinaxtla, de donde son originarios, Eduardo y Moisés tuvieron que viajar hasta Ciudad Universitaria para conocerse, hecho sucedido cuando entraron a cursar su licenciatura en Ingeniería Petrolera.

Aceptados por seis universidades de EU

Con licenciatura y maestría por la UNAM y seguros de su preparación, Eduardo y Moisés gestionaron su ingreso a las seis universidades mejor calificadas en su especialidad, situación que significó un reto con excelentes resultados porque fueron aceptados por las seis. Tuvieron que elegir y la ganadora fue la Universidad de Texas en Austin, porque ahí podrán desarrollar su investigación sobre simulación de yacimientos.

“La primera institución que nos abrió la puerta fue la Universidad Nacional, y a partir de ahí nos dimos cuenta de que hay muchas oportunidades; simplemente tener educación gratuita nos dio alas para intentar volar un poco más alto, como dicen en mi casa. Lo que nos ha ayudado es venir de familias pequeñas, localidades remotas, porque el cambio a la ciudad nos hizo valorar todo”, compartió Moisés.

Eduardo recordó que cuando llegaron a México, en 2009, estaban solos, “uno sabe que cuando elige este camino deja no solamente a la familia, sino todo a lo que estás acostumbrado”.

En su área de estudio, Moisés se enfoca a la simulación numérica de los yacimientos, la elaboración de modelos que puedan predecir el comportamiento de fluidos que se encuentran en los depósitos, como agua, aceite, petróleo o gas.

“La finalidad es recuperar los volúmenes de hidrocarburos almacenados en el medio poroso o en la roca. Es difícil hacerlo porque los yacimientos han sido explotados por mucho tiempo, y aquí, en la Universidad de Texas, me dedico a la recuperación mejorada, que consiste en inyectar fluidos externos al yacimiento para recobrar los volúmenes adicionales”, explicó.

En tanto, Eduardo indicó que su área es la termodinámica de los hidrocarburos. “Antes de realizar simulación numérica hay que verificar que experimentalmente los químicos funcionen, y yo trabajo en esa parte”.

La energía puede ser renovable o sustentable. “En el planeta, diariamente se consumen 100 millones de barriles de petróleo crudo equivalente, por lo que aún no podemos reemplazar los hidrocarburos con energías renovables. Lo que hacemos tendrá un impacto no sólo a 20 o 30 años, sino a 50, cuando podamos sustituirlos”, expuso.

Por ello, agregó Moisés, buscamos una eficiencia mayor en la producción de hidrocarburos, pero de una manera que no afecte tanto al medio ambiente.

“Aquí hemos corroborado que la producción y consumo de hidrocarburos se mantendrá por al menos 50 años más, tal vez no a la misma tasa, pero tendremos dependencia. Entonces, optar por energías alternas es algo que sin duda tenemos que hacer, pero debemos estar enfocados en una producción y consumo eficiente de los hidrocarburos”.

El joven mixteco precisó que se debe tener cuidado al decir que ya no consumiremos petróleo, pues pensamos que sólo está orientado al transporte, “pero también se utiliza en la farmacéutica; hay muchas industrias que dependen de los hidrocarburos. Durante 100 años hemos consumido alrededor de 12 trillones de barriles a nivel global, y tenemos reservas como para otros 100 años. No debemos preocuparnos por eso, sino por ser más eficientes”.

Asegurar el futuro energético

En México, apuntó Eduardo, no hay mucha inversión para proyectos de recuperación mejorada, porque se prioriza la recuperación primaria con la energía del yacimiento. Actualmente no se apoya la inversión en ese tipo de proyectos, pero debería, porque es necesario asegurar el futuro energético del país.

Moisés indicó que de ser aplicado su proyecto, podría impactar en nuestro territorio. “Los modelos numéricos están enfocados a yacimientos carbonatados o de doble porosidad que abundan aquí. Aún dependemos de los hidrocarburos y así será por muchos años, por lo que las decisiones deben tomarse basadas en aspectos técnicos, principalmente.

“Queremos regresar en tres o cuatro años a México y ser parte de esa nueva generación que se enfoca en información sustentada técnica y matemáticamente, sin dejar de lado el aspecto económico”, concluyó.

Eduardo Maldonado Cruz, originario de Asunción Nochixtlán, Oaxaca, laboró como ingeniero de yacimientos en una compañía petrolera privada. Obtuvo mención honoríficapor su tesis de licenciatura.

Moisés Velasco Lozano, originario de San Andrés Sinaxtla, fue merecedor de la Medalla Gabino Barreda al mejor estudiante de su generación y laboró en el Instituto Mexicano del Petróleo.

Ambos cuentan con licenciatura y maestría en Ingeniería Petrolera por la UNAM. En 2013 obtuvieron el primer lugar del certamen Ocean Academic Competition, México 2013, en el que desarrollaron un plug-in para la optimación del software Petrel. La innovación realizada es de utilidad para analizar pruebas de incremento de presión en yacimientos naturalmente fracturados.

Adicionalmente, fueron profesores de la FI por dos años, en el Departamento de Ingeniería Petrolera.


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